jueves, 25 de agosto de 2011

PALEOCRISTIANA

Desde el siglo II se dieron infiltraciones de los germanos en el Imperio, pero sin conflictos, ya que la tierra no se cultivaba en forma intensiva. En el siglo IV los hunos avanzaron al oeste en dirección del mar Caspio y las tribus germánicas emigraron hacia el sur y al oeste. Durante el siglo V, visigodos, vándalos, alanos y suevos cruzaron el Rhin y se establecieron en el noroeste. Todas estas tribus ocuparon e hicieron suyas las tierras, defendiéndolas y desarrollando un sistema económico local y más sencillo, por lo que declinó el comercio, dejó de fluir recursos a Roma y se dejó de utilizar el dinero.
Las diversas tribus que habitaban el Imperio romano, eran generalmente tolerantes con las costumbres y leyes locales, y muchos de ellos además profesaban la religión oficial. El cristianismo fue creciendo gradualmente en influencia hasta que astutamente, los emperadores vieron en su adopción un medio para conseguir la unidad política. En el año 325, Constantino lo reconoció como religión oficial del Imperio.
Iglesia de la Natividad
El establecimiento de la religión cristiana, originó un periodo de construcción de iglesias en tierra santa y en la propia Roma, en el año 330, Constantino fundó la iglesia de la Natividad en Belén(Iglesia de la Natividad),la primitiva iglesia de San Pedro y la iglesia de San Juan de Letrán .
Los primeros cristianos se reunían en secreto en casas o edificios que ellos adaptaban. Los templos paganos eran tronos ofrecidos a sus dioses, y los adoradores se reunían fuera de ellos, la iglesia por lo contrario, había de albergar en su interior a los fieles, por lo que era necesario una nueva forma arquitectónica, para lo cual adaptaron la forma de la basílica, que era un edificio alargado y estrecho que se utilizaba en la Roma imperial para la administración pública y para las operaciones mercantiles, que a su vez, era una construcción económica que permitía albergar un gran espacio. A veces se aprovechaban las columnas de las ruinas de templos paganos.
Todos estos movimientos de tribus y la falta de dinero para mantener las fronteras, contribuyeron a la “caída” del Imperio. Mas sin embargo éste no murió, algunas instituciones se mantuvieron en forma que adaptaron a las nuevas circunstancias de la época, su sistema legal fue incorporado a los códigos germanos, aunque el sistema de calzadas cayó en el abandono, ya que las comunidades rurales se volvieron autosuficientes y tuvieron menos necesidad del comercio y de viajar. En general, la iglesia fue la heredera cultural de Roma y por otro lado los bárbaros desarrollarían un nuevo sistema económico del que habría de emerger el feudalismo, base de la sociedad medieval.
Ante toda esa incertidumbre política y económica, el gobierno central tenia poca o nula influencia y los agricultores necesitaban protección de la anarquía local, por lo que se comenzó a supeditar su libertad a cambio de la protección de los señores, lo cual puso la base para la sustitución gradual del sistema tribal por el del señorío feudal. A lo anterior, el cristianismo proporcionó la continuidad cultural y fue el único hilo conductor dentro del desorden político.
Pero no toda la cristiandad se expresaba mediante la construcción de grandes iglesias, hubo algunos que creían que la vida cristiana solo podía consistir en pobreza y apareció un movimiento eremítico, a la búsqueda de la realización espiritual a través de la pobreza, la abstinencia y la soledad. Este movimiento atrajo igual a ricos y gente despreocupada, por lo que San Benito de Nursia (534) estableció la “Regla” en su monasterio de Monte Cassino. Ésta transformó la vida monástica en toda Europa y contribuyó a que se convirtiera en una poderosa fuerza espiritual. Bajo la influencia de Casiodoro (575), el saber y la enseñanza también se convirtieron en responsabilidad de los monjes y durante cientos de años, el movimiento monástico tuvo una influencia cultural fundamental en Europa Occidental.
En la primera etapa de la “Regla”, no necesitaban iglesias para su culto, ya que no se había desarrollado por completo el culto comunitario, por lo que eran suficientes pequeñas celdas u oratorios para que los monjes rezaran individualmente. Las primeras ermitas comunitarias eran grupos de cabañas de piedra en forma de panal de abeja, dentro de murallas defensivas de piedra. Gradualmente la vida comunal se convirtió en rasgo característico de los monasterios, cobrando importancia la iglesia para el culto en grupo.












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